CRÓNICAS: Gabriel Sopeña. Teatro Principal de Zaragoza

06.04.2023

Aragón Musical.                Por Alejandro Elías 3/3/23

Gabriel Sopeña cumple 40 años en el mundo de la música. Se dice pronto, pero se trata de una hazaña. Que la ilusión, las ganas, la inspiración y la potencia vital que hacen falta para crear y sacar adelante una expresión artística te acompañen y se mantengan en ebullición casi constante durante todos esos años es una proeza al alcance de muy pocos, como sin duda está comprobado. La carrera de Gabriel se ha desarrollado -podríamos decir- en la sombra, pues su mayor reconocimiento ha sido siempre como compositor, no como intérprete. Pero ayer, sobre las tablas del Teatro Principal, el zaragozano convenció a todos los presentes de que también cantando y tocando sus propias canciones es indudablemente uno de los grandes. Abrió el show con "Brillar y brillar", la primera canción que compuso para Loquillo y una de las que más han perdurado dentro del repertorio del cantante barcelonés, hecho que no supone poco, dado el inmenso cancionero del que dispone. Acompañado por un sexteto, el bardo zaragozano comenzó apostando por un sonido potente y rockero, con temas como "Un corazón como tú" o "Resaca". Fue con la original "Lisboa" con la que dio un giro al sonido, recordando que siempre ha sido un gran compositor de músicas del mundo, en este caso acercándonos al fado tanto en lírica como en sonido. Con "Por los ojos de Raquel" consiguió emocionarse y emocionar, pero fue con el primer guiño a Más Birras donde realmente la banda y el cantante se soltaron definitivamente y todo comenzó a fluir de manera perfecta. "Para llegar a ti" sacó lo mejor de cada uno de los habitantes del escenario, con ese recuerdo emotivo a Mauricio Aznar y su cancionero. Y es que Gabriel Sopeña cuenta, posiblemente, con la mejor banda de acompañamiento dentro del rock aragonés. Muchos llevan escoltándole regularmente desde hace décadas y otros más recientemente, como es el caso del excelso guitarrista Julio Calvo y de la nueva corista y estrella-inesperada-de-la-noche Eva Lago. Una vocalista que dejó al público boquiabierto en más de una ocasión, con su carisma, voz, simpatía y tablas. El resto de músicos, los habituales, rayaron a la altura del sobresaliente, ya no solo técnicamente, sino también personalmente, con una complicidad entre ellos y un disfrute que contagiaron al numeroso público que casi llenó todas las butacas del Principal. Y entonces hizo acto de presencia la ya conocida generosidad de Gabriel: en un concierto en el que celebraba sus cuatro décadas como músico dedicó prácticamente la mitad del show a reconocer y homenajear a otros artistas. Con una preciosa versión de "Me gustaría darte el mar" hizo lo propio con Joaquín Carbonell, que incluso cantó virtualmente encima de la música en directo en un alarde técnico inmejorable. Con "Mai" hizo lo propio con el poeta Anchel Conte, atreviéndose a cantar en aragonés. Y por supuesto con "Cantores" lo hizo con su compañero del alma compañero Mauricio Aznar. Pero también homenajeó a la recientemente fallecida actriz Laura Gómez-Lacueva dedicándole "Cass", quizá su canción más bonita. Con "Otro lugar bajo el sol" empalmada con "Apuesta por el R n' R" puso fin a un recital insuperable, en el que la banda brilló con luz propia poniendo de manifiesto una solvencia profesional, técnica y humana a la altura de muy pocos músicos en esta región. Y Gabriel, emocionado, se marchó entre aplausos quizá recordando ese sobrecogedor poema de Jaime Gil de Biedma que un día convirtió en canción, dándose cuenta de que esos deseos adolescentes se han convertido en realidad y ha dejado huella.