«‘Desiertos’ tiene mi espíritu, mi poesía, mi forma de ver el mundo» Gabriel Sopeña compositor, cantante y poeta publica su tercer álbum.

12.06.2024

ANTÓN CASTRO.   Heraldo de Aragón                        24 de mayo de 2024

Fotografía GUILLERMO MESTRE

Gabriel Sopeña presentará 'Desiertos' y su amplio repertorio el 30 de mayo en Las Armas. Estado de ánimo

¿Qué ha significado para usted 'Cantar 40', el libro de sus temas y el gran concierto que ofreció en el Teatro Principal?

¡Ha sido una especie de certificado de una segunda juventud.

Pensaba que había sido como una reflexión, una retrospectiva.

Sí, sí. He hecho todo esto. Pero en realidad es más bien un poner ojo en todo lo que he hecho y en todo lo que quiero hacer. En 'Cantar 40' no se estrenó nada realmente, pero sí que hubo cosas, creo que daba la impresión de que había estando amasándolo todo, y yo le diría que el ejemplo más claro es 'Mai'.

La canción de Ánchel Conte, que escribió para Labordeta.

Sí, sí. Pero fíjese: eso lo hicimos en el año 2000 precisamente, la grabamos en una tarde con Labordeta y con Luis Delgado y Joaquín Pardinilla, en el estudio de Garrapinillos de Paco Aguarod, la cantábamos los dos. ¿Y qué ocurre? Esa canción nunca se había cantado en directo.

¡No me diga! Se la habíamos oído a Manolo García.

Sí, sí. Y no se lo va a creer: José Antonio Labordeta no la había cantado nunca y la única vez que se había cantado lo hice en un programa de Aragón TV, allí la escuchó Manolo García; él mismo me lo dijo. Y quise recuperarla para 'Cantar 40'. Esa fue una aportación. La hicimos en el Teatro Principal con Eva Lago, una voz maravillosa, con piano.

Fue algo inolvidable. ¿ Y ese es el principio del cambio que quiere dar hacia la limpieza?

Sí, de limpieza. O de aspereza. Tal como me siento ahora, en un momento muy virginal, he vuelto a vivir, cumplir los 60 ha sido como decir: «No tengo nada que demostrar, nada que perder. No tengo nada que ocultar». Ahora tengo la sensación de que todo es ganancia en la vida: ganancia personal, íntima. Quiero ir por ahí y quiero ir por la aspereza.

Explíquese…

Quiero recuperar aquel sonido de los primerísimos 80, últimos 70, en el que todo era pionero, se notaba que estábamos buscando. Quiero que se note que andamos entre el ruido y la furia, que no buscamos la obra hecha, perfecta, repulida.

Ahora que habla de esto, me impresionó una entrevista que le hicieron los chicos de 'Aragón musical'.

Hablaba de esto, un poco, y de cuánto les había impactado el disco 'Blonde on blonde' y del magisterio de Pedro Aznar, un melómano de oído absoluto. Esa clave en mi vida y en la de su hermano Mauricio. Nos obligaba a él y a mí a aprendernos las canciones de Los Beatles de memoria: las letras, los tonos, la melodía, pero también los instrumentos, instrumento por instrumento, por separado y sin partitura. De oído, porque éramos muy vagos de oído Mauricio y yo. Nos decía: «Hay que reconocer las cosas. En perspectiva y en concreto». Creo que los dos somos lo que somos, colaboramos como colaboramos, gracias a su exigencia. Conocía Bach y Beethoven al dedillo, y se ganó la vida de guitarrista, teclista y arreglista.

Es el ser más enigmático de 'La estrella azul', de Javier Macipe.

Creo que con Jackson Browne es la persona más dotada que he conocido nunca para la música.

¿Qué significó aquel Dylan?

Todo. Otro modo de ver y entender y sentir la música. Era un disco doble, con aquel ruido y aquel sonido tan peculiar, y con temas que podían alargarse hasta los 25 minutos. Me quedé en casa una semana sin salir. Ese disco traía el ruido del mundo, y en mi disco 'Desiertos' también lo busco.

El disco tiene ya dos singles: 'Coartadas' y 'El camino de Santiago'… Pero hay otro tema de amor, 'San Juan mudéjar'…

Quizá sea el más triste. También hay un gran homenaje a Aragón: yo me siento aragonés por todos los poros, no nacionalista ni independentista, aragonés, y eso se ve en 'Morir de piel'.

Y hay otro que es un gran homenaje a Mauricio Aznar: 'La canción del Matrero'.

Tiene una historia muy bella. Poco antes de morir y fascinado con la música argentina y Santiago del Estero y otras cosas, en una época de crisis también, Mauricio y yo trabajamos en un puñado de temas, más de veinte, que queríamos grabar nosotros y a la vez dar entrada a otros compositores. Escribimos 'La canción del Matrero', ese personaje del campo, alguien de abajo sin complejos, y se lo mandamos a Enrique Bunbury, que iba a ser quien lo cantase. Todo ello con la dirección de Jordi Pegenaute. Mauricio Aznar se fue y eso se ha quedado ahí, pero yo quiero grabarlo y lo haré en 2025..

Resúmanos 'Desiertos'.

Tiene mi espíritu, mi poesía, mi forma de ver el mundo, incluso una voz más relajada, más segura. Es más depurado en arreglos. He sido un músico de atrás, de trastienda, un poco fuera del primer foco. Y aquí, con la ayuda de Guillermo Mata y grandes músicos, lo doy todo. Y espero que la gente quiera venir el 30 de mayo a oírnos en Las Armas.